jueves, enero 10, 2008

HURTaDO


Antanás Drake


El hombre sin rostro había permanecido en silencio junto al fuego a la mitad de la noche llena de insectos y estrellas calcinadas en el cielo, mientras otros dos viajeros hablaban alcoholizados sobre las hazañas de un tal Hurtado. Hablaban sobre la habilidad de ese bandido para burlar a la policía que lo había perseguido, cercado y escapado en varias ocasiones, uniformados pobrecitos que siempre se habían llevado la peor parte con una decena de heridos y dos cabos muertos."Ese Hurtado tiene pacto con el diablo. De él sólo se sienten sus balas", hablaban los dos viajeros que habían parado a la mitad del monte para huir de la lluvia y los mosquitos bajo una casucha abandonada en la mitad de la nada.Entonces el hombre sin rostro se levantó dispuesto a montar su caballo y seguir su camino a ninguna parte. Uno de los dos viajeros por primera vez sospechó de él. Hurtado subió a su caballo y se perdió en la lluvia, dejando sobre las huellas de su caballo del infierno un hilito de fuego verde. Uno de los borrachos dijo: Ese es Hurtado. El otro dijo: sí. Y Hurtado pensó:Ellos saben que soy yo. Y entonces en medio de la lluvia se escuchó un tiro y los dos hombres que habían quedado junto al fuego corrieron por el sendero y encontraron al caballo de Hurtado tendido con un balazo en la panza. No sintieron cuando el bandido se les acercó por atrás, cuando los apuñaló, ni cuando se robó sus caballos, desapareciendo en el monte, en la lluvia, en la noche otra vez en calma...

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